Leer un cuento a los niños a diario es mucho más que una simple actividad para arrullarlos antes de dormir o entretenerlos un rato. Distintos estudios afirman que desarrollar esa tarea como un hábito puede estimularlos de muy variadas y valiosas maneras. Otra actividad para compartir en esta cuarentena. Si antes no lo hacía, puede empezar. Y si ya es una tradición en su familia, sorpréndase con los importantes beneficios que están obteniendo sus hijos
Muchos adultos saben que leer cuentos a sus hijos favorece el desarrollo del lenguaje y la imaginación. Otros han comprobado que un cuento en la cama, antes de dormir, con las luces tenues en la habitación infantil y la mejor predisposición del adulto resultan infalibles para relajarlos después de una jornada agitada; o que hacerlo desarrolla lazos parentales más fuertes entre ambos.
Sin embargo, los beneficios de leer cuentos a los niños son mucho más numerosos y sorprendentes. A continuación, compartimos algunos de ellos:
- Escuchar cuentos hace a los niños más reflexivos. Los cuentos infantiles suelen comunicar un mensaje que los ayuda a comprender la forma en que deben actuar y comportarse, distinguir entre lo bueno y lo malo o comprender una situación especial.
- Los ayuda a combatir sus propios temores. Cuando el niño se puede identificar con las emociones de los protagonistas y conoce el desenlace y lo que le va ocurriendo a lo largo de la historia, arma argumentos para afrontar sus propios miedos y puede desarrollar una sensación de mayor control.
- La historia sienta las bases para su desarrollo intelectual. Al contarle un cuento es posible ayudarlo a entender las cosas con más rapidez.
- Les estimula la memoria, la comprensión y el vocabulario. Aprender más palabras y desarrollar sus capacidades cognitivas lo ayudará muchísimo posteriormente, porque podrá leer mucho mejor y por consiguiente tener un mejor desempeño escolar.
- Desarrolla y amplía sus capacidades de percepción y comprensión del mundo en que vive. A la hora de la lectura, el niño se sumerge en una historia en la que resulta necesario que comprenda el mensaje que se quiere transmitir. Para ayudarlo a mejorar su comprensión, un ejercicio efectivo que pueden hacer los adultos con los niños es preguntarles sobre lo que leyeron.
- Aumenta su sensibilidad y favorece la educación en valores. Los cuentos suelen incluir enseñanzas que le servirán al niño para crecer como persona. La colaboración de un adulto a la hora de leer el cuento le ayudará a identificar valores tales como la amistad, la generosidad, la amabilidad, la solidaridad y la empatía y trasladarnos al día a día. De esta forma, podrá mejorar tanto su comportamiento como las relaciones con otros niños.
- Aprenden a escuchar y poner a tención, elementos muy necesarios para un buen aprendizaje.
- Aumenta su creatividad. Cuando los niños leen un cuento se introducen en un mundo mágico del que se sienten protagonistas. Se involucran en la historia y, por lo tanto, si un adulto lee con ellos estos cuentos podrá ayudarlo a dotar de realismo la historia. Leer de manera conjunta hará posible una recreación del cuento que favorezca la creatividad del niño a la hora de interpretar lo escrito y lo ayudará a expresarse con mayor fluidez.
- Mejora su ortografía. Gracias a la lectura, los niños pueden fijar reglas de ortografía y, además, a la hora de escribir, los cuentos pueden ser un referente gráfico de cómo se escribe correctamente alguna palabra.
- Aumenta sus conocimientos. Según la historia que relate el cuento, los niños tienen una gran oportunidad de aprender sobre historia, vida humana y animal; geografía, biología, letras, colores, números y palabras en otro idioma, entre muchos otros saberes.
- Mejora el lazo afectivo con sus padres a partir del tiempo exclusivo compartido. Además, la cercanía construye una mayor confianza para el futuro, algo indispensable para que al crecer sientan la afinidad necesaria para comunicar situaciones difíciles que estén viviendo y sentir la seguridad de recibir orientación y apoyo.
- Fomenta la lectura y su amor por los libros a través del interés que despiertan las historias mágicas y de aventura. Este beneficio puede considerarse la piedra principal de su “desarrollo lector”, ya que muchos niños se inician a la lectura con cuentos e historias con los que comienzan a practicar su habilidad para comprender primero y leer cuando aprendan. Además, cuando un niño lee acompañado de un adulto, puede ir corrigiendo los errores, aprendiendo palabras nuevas que no escucha en su día a día y construyendo su gusto por la lectura.
Fuente: drcormillot.com.ar