La librería de mujeres: El telar de las palabras
Por: Vanesa Orozco
Hace algunos días hubo un gran revuelo en el mundo literario a causa de la aparente falta de espacios para visibilizar a las mujeres escritoras en el país. Bajo el intercambio cultural del año Colombia-Francia, el pasado 15 de noviembre se llevó a cabo en la Bibliothèque de l‘Arsenal de París la presentación de 12 escritores colombianos junto a sus obras. Los seleccionados fueron William Ospina, Juan Cárdenas, Sinar Alvarado, Pablo Montoya, Octavio Escobar Giraldo, Luis Noriega, Jorge Franco, José Zuleta Ortiz, Juan Álvarez y Jorge Aristizábal Gáfaro.
Previo al evento, cuando apenas se conoció la selección de los representantes, la cual fue anunciada por el Ministerio de Cultura, se despertó cierto revuelo al considerarse excluyente con el género femenino. Las mujeres escritoras alzaron su voz para reflejar su estado de indignación por no encontrar ninguna representante femenina dentro del listado. Bajo el lema “Colombia tiene escritoras” se intentó hacer un llamado para mostrar que también hay obras relevantes y de calidad escritas por mujeres en el país, las cuales también merecen ser mostradas en el exterior.
No se trata de tornar el tema en una lucha en contra de los hombres, ni pasar a hablar de feminismo o machismo, NO. Se trata de entender el talento que existe en el país frente a la literatura o en general el mundo de las letras, que está lleno de matices y miradas diversas las cuales permiten entender la realidad desde distintos sujetos sin discriminar su género, pero es necesario decir que se deben visibilizar quizá en mayor medida esos talentos diversos para romper las barreras que han existido durante siglos frente a la igualdad de condiciones.
En el norte de Bogotá, exactamente en la Calle 56 # 6-33, hay una casa que resalta de las demás por su curiosa fachada muy al estilo inglés. En ella hay un pequeño espacio que se ha preocupado por la problemática de las mujeres en el ámbito de las letras: La librería de mujeres: El telar de las palabras, la cual funciona con la intención de visibilizar a las mujeres poetas, ensayistas, investigadoras, artistas y escritoras en general. María Isabel Martínez junto a otras mujeres decidieron fundar un espacio donde las mujeres pudieran encontrar y tejer sus propias palabras bajo el supuesto de que existe una deuda histórica con las mujeres en este campo.
“Históricamente las mujeres no eran reconocidas. En siglos anteriores a este, no existía un reconocimiento de las mujeres escritoras, los hombres eran los que ocupaban y tenían este oficio, que además era muy valorado. Se creaban espacios de análisis, reflexión y discusión entre ellos y eran muy pocas las mujeres que podían estar en el mundo literario. Muchas mujeres empezaron a escribir pero como no eran reconocidas para poder ser editadas y leídas debían publicar bajo seudónimos masculinos, tenían que usar ese método para tener realmente un lugar en la cultura”, afirma María Isabel Martínez.
Dentro de la librería se puede encontrar todo tipo de literatura, ensayos, poesía, cuentos y demás libros escritos por mujeres, la mayoría de ellas jóvenes y emergentes en el mundo literario. Con poco más de año y medio de creación, este espacio es el único en el país dedicado en específico a la visibilización de las mujeres y surge después de que María Isabel inició a leer libros escritos por mujeres y notó que dentro de las librerías tradicionales difícilmente estos ubican un papel relevante.
“La idea de la librería surge como producto de las varias lecturas que he hecho como feminista. Después de leer muchos autores comencé a leer autoras latinoamericanas, europeas y me empezó a fascinar la literatura, la poesía y los ensayos que hacían ellas, pero entonces me di cuenta que todas esas obras no estaban en primer plano en las librerías y allí vi la necesidad de resaltar eso, promocionar a las mujeres escritoras y de hacer el reconocimiento a las mismas”, expresa.
Aunque generalmente las librerías se dedican a la distribución de libros, El telar de las palabras adicionalmente ha abierto otro espacio para que se interactúe y se tejan las letras en círculo. Se trata de un grupo de lectoras que se desarrolla los viernes cada 15 días y allí los asistentes pueden discutir, analizar y meditar un libro en colectividad.
“A veces uno lee individualmente un libro y no tiene con quien dialogarlo, comentarlo, un libro te llena de preguntas y que te satisface cada vez que lo lees, entonces queda en el aire, el círculo de lectoras busca cumplir ese fin”, concluye Martínez.
Aunque actualmente sea difícil intentar mantener un proyecto como el de María Isabel, ya sea por la falta de apoyo, el costos de los libros, la falta de lectura y los libros virtuales, la librería se visualiza no solo como un espacio para adquirir libros sino también como un lugar para interactuar y conocer el mundo de las letras desde otros contextos y realidades.
Invitados a escaparse un día de la rutina y visitar La librería de mujeres: El telar de las palabras.
¿Cuál es su escritora colombiana favorita?
Fuente: radionica.rocks