“A través de un espejo roto, de muchos fragmentos, la exposición recoge el testimonio de uno de nuestros grandes periodistas por su ética y rigor: un testimonio desde el afecto, con la visión de la humanidad de las víctimas para hacerlas visibles, bellas y dignas, para ‘cepillar la historia contra el grano’,- en la expresión de Benjamin-, y desactivar los aparatos de fabricación del odio; para invitar a reconciliarnos, a trabajar por la reconstrucción del territorio, hacer empatía con las personas y con la naturaleza que los actores de la guerra han asesinado y humillado”.

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