Reseña
Titulo: Primitivo Ramo de Orquideas
Alejandro Jiménez Schroeder: Autor
Reseña Primitivo ramo de Orquídeas, de Gilda Manso
Por: Alejandro Jiménez-Schroeder
Primitivo ramo de orquídeas constituye la visión de un mundo. Un mundo, o muchos mundos que surgen desde la multiplicidad y se integran a medida que los personajes, los motivos y los lugares cobran vida. Es quizás por esta razón que su autora, Gilda Manso decide escribir en este género literario, en vez irse por la poesía o la novela. A partir de la narrativa, la autora construye una mundo lleno de inmediatez, de simultaneidad y de exactitud, que dan rienda para que cada una de sus palabras puedan significar dentro del relato en si misma, al tiempo que crean micro mundos. Podríamos decir que este libro habla de una ciudad. Una ciudad que no está demarcada por nombres, ni números, pero que sigue teniendo aquellos lugares comunes que nos heredo la modernidad, y como un juego de relaciones aparece contrastando lo nostálgico con lo contemporáneo y lo utópico.
A medida que nos sumergimos en su lectura, no queda duda que la autora no teme jugar con las palabras. Les cede la voz a cada uno de sus personajes y éstos dialogan entre sí; se disputan y se contraponen para definirse. Pero acaso, ¿esto no es lo que hacemos cada uno de nosotros en este mundo? Pareciera entonces que Gilda crea un libro que genera eco en nuestro interior y nos hace reflexionar en torno al concepto de identidad, pero sin llegar ni por un segundo a insinuarnos aquella pregunta. Los espacios en Primitivo ramo de orquídeas son una alusión a un momento. Por esto, para esta escritora, la relación que existe entre el acto de escribir, y el instante temporal son inseparables. Quizás esta es la razón por la cual su autora decide colocar en el prologo una alusión a las palabras de Gustavo Nápoli en relación a lo que sucede entre el instante de creación y la quietud. Para construir la imagen de lo que es este libro, lo más aproximado sería pensar en cientos de espejos fragmentados que reflejan la imagen de una ciudad, y cada uno de ellos son una historia única e irrepetible. Así mismo, podemos ver éste libro. Cada uno de los títulos que conforma este libro narra una historia.
Por eso, son cuarenta y ocho las historias que tenemos para hilar con apasionante interés, desde el momento en que decidimos sumergirnos en su trama. No es fácil seleccionar un fragmento que representase éste libro, pues cada cuento se construye tan único que solo al verlos en conjunto, aparecen los hilos que los interrelacionan. Sin embargo, a juicio personal, quizá uno de los cuentos más apasionantes es el “Cuento con dragón cautivo “ - espero que sea de tanto agrado como lo fue para mí. Por si fuera poco el valor literario de esta Obra, para nosotros es gratificante resaltar el modo de difusión de esta obra- Un libro que además de su forma impresa, puede ser adquirido de forma virtual a de la red dando libre acceso a la información en cualquier parte del mundo. De esta forma nos recuerda las distintas formas que tienen los artistas de incursionar en el campo editorial a partir de las nuevas tecnologías, y sobretodo Internet que ofrece no solo a los autores, sino a las editoriales digitales una vitrina para mostrarse al mundo con todos los beneficios del caso.
No nos queda más que celebrar ésta unión paria entre escritores, y lectores digitales, y felicitar a la autora de este Libro por Ofrecer un trabajo de tan excelente calidad. Cuento con dragón cautivo Encerrado en la torre más alta de un viejo castillo, vivía un desdichado dragón. Por una orden del rey, el dragón debía permanecer toda la vida en cautiverio: el rey sabía que, en libertad, el dragón podía incendiar el reino con sólo abrir la boca. El dragón se aburría. Todos los días, al atardecer, se apoyaba en la ventana de su cárcel y contemplaba el reino. Contemplaba el reino y lloraba con unas inmensas lágrimas de impotencia: no había manera de hacerle entender al rey que lo que define a una persona o a un dragón no son las capacidades sino lo que uno hace con ellas, y el dragón era un dragón bueno, sin voluntad incendiaria. Los campesinos sentían una profunda pena por el dragón cautivo, a quien veían llorar y aburrirse mientras labraban las tierras. Un día decidieron que ya era hora de conseguir la libertad para el pobre bicho. Convocaron a toda la gente del reino y a amigos de reinos vecinos. Se armaron con antorchas y se pararon, pasivos, en la puerta del castillo del rey. El mensaje era claro: encerrar al dragón no elimina el fuego. Desde ese día, el dragón vuela libre y feliz por todo el reino, y sólo llora cuando quiere apagar alguna mata de heno encendida sin querer.