Fenomenología del Fenómeno del Niño

Por: Wilson Puell Mendoza

Periodicolapislazuli.com 6:49 AM Actualidad


La costa del norte del Perú fue desde sus inicios de perfiles geográficos elevados y abruptos; el encuentro de las aguas del mar con las de las escorrentías que bajaban de la cordillera occidental formaron estuarios, manglares y esteros inaccesibles y peligrosos, pero al mismo tiempo poderosa fuente de recursos e infranqueable montaña de obstáculos para llegar al mar. Esta situación condujo, varios miles de años atrás, que los aldeanos primitivos de las estribaciones occidentales se lanzaran a su conquista. Transportando tierra construyeron islas en estas zonas; un enorme esfuerzo poco reconocido: amontonaron tierra sobre la intricada vegetación logrando construir estructuras, generalmente de forma circular y de diferentes dimensiones llamadas Tolas (la Facultad de Ciencias Agrarias de nuestra Universidad, probablemente ubicada está en una de ellas y la más remota del sur del Golfo de Guayaquil) en las que se encuentran importantes evidencias de ocupación humana y que habrían sido habitáculos para la residencia de estos antiguos pobladores, creando condiciones para el aprovechamiento de los recursos hidrobiológicos, no solo para el consumo sino también para el intercambio.

La fuerza de torrenciales lluvias transformó la geomorfología de altas pendientes en suaves ondulaciones habitables, llevando como material de acarreo sedimentos a los lugares anegados, que al ganar espacio crea terrenos altamente productivos para la agricultura y condiciones favorables para el desarrollo urbano. Como muestra de esta extraordinaria actividad de la naturaleza aún quedan algunos aislados reductos como el humedal frente a la plaza Cáceres. Gracias a estos eventos de gran magnitud tenemos renovación y regeneración de la biodiversidad. Vivir en armonía con la naturaleza es aprovechar sus fuerzas a favor nuestro. Nuestros abuelos vivían ecológicamente: construían sus viviendas entre quebradas, dejando libres a éstas para la evacuación de las aguas. Hoy, estos drenajes naturales han sido invadidos, creando condiciones de alta vulnerabilidad; cualquiera sea la intensidad de las lluvias, las construcciones serían fácilmente arrasadas, o en caso de tsunami, tampoco se podría realizar una rápida evacuación hacia las partes altas.

El “fenómeno del Niño” nunca ha sido malo. Lo malo más bien es que nos hagan enemigos de la naturaleza; se le utiliza malintencionadamente transformándolo en esas cortinas de humo que el Estado peruano es altamente especializado, para generar zozobra y hacer perder la centralidad de los objetivos fundamentales de la sociedad; crean para esto una superestructura del engaño con la que se pretende sostener a una sociedad cada vez más polarizada e injusta; pero esta práctica mañosa está pasando su costosa factura. Hoy, la delincuencia está en un nivel diferente, en una creciente espiral mucho más peligrosa. Se ha vuelto contestataria, negocian con la legalidad con consecuencias más dañinas que el propio Niño; entre otras, está el arca abierta de las exoneraciones por emergencia de la que se aprovechan justos y pecadores, que hasta la fecha estos fondos no han dejado una sola obra que nos sirva a los tumbesinos.

Se involucran en esto, advenedizos empresarios de la construcción civil, que sin tener plena conciencia de lo radical que es nuestra geografía -o lo que sería aún peor si la tuvieran plenamente- quienes ejecutan proyectos incompatibles con el clima, que no corresponden a esta realidad y que son supervisados por equipos técnicos que merecen una revisión desde sus aspectos éticos y morales. Se prestan para blanquear los procesos de las autoridades que tienen el control del Estado en sus diferentes niveles de responsabilidad, además de las desproporcionadas advertencias de epidemias propaladas por voraces plagas, dejando la creciente sensación de que Tumbes es la tierra del fin del mundo, el destino del exterminio de la humanidad ¡Qué tal vileza! ¡Qué tal forma de promocionarse para reciclarse en los cargos!, convertirse en el centro de atención y obtener más recursos, incontrolables muchos de ellos.

Esta actitud que encarna una conducta maquiavélica es más dañina que los efectos del propio Niño. Ante estas noticias muchos visitantes cancelaron sus viajes, y empresas internacionales nos han sacado de sus paquetes turísticos, con el consecuente perjuicio económico para la Región. Si esto no lo han entendido, menos entenderán que nos están llevando a la desorientación dentro de nuestro propio medio, rompiendo un importante eslabón para la convivencia en armonía con las leyes más universales de la naturaleza. Más bien deberían plantearse ingeniosas alternativas para aprovechar y no dejar pasar las oportunidades que nos deja el Niño.

img

Wilson Puell Mendoza, Funcionario de Educación, escritor de obras literarias y científicas de Tumbes



Artículos Relacionados

  • img

    Los Viajes del Viento

    Ignacio Carrillo, un juglar que durante años recorrió pueblos y regiones llevando cantos con su acordeón, toma la decisión de hacer un último viaje

  • img

    Festival Internacional de Cine UNAM 2016

    Desde el 201, el Festival Internacional de Cine UNAM. >> programación + películas|

  • img

    ECOFILM FESTIVAL 2015

    El Festival Internacional de Cortometrajes Ambientales celebra su 5ta Edición y abre su Convocatoria a inscribir un cortometraje cuyo tema central sea el CAMBIO CLIMÁTICO.

Públicaciones Recientes

Columnistas